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15 sept 2009

LA TRAGEDIA DEL SERPENT - costa da morte - galicia

mapa cartografico de la epoca, de la costa de la muerte.

CEMENTERIO DE LOS INGLESES (playa do trece) CAMARIÑAS
Desde el martes 11 se comenzó el rescate de los cuerpos del Serpent. Dada la proximidad a la costa del punto del naufragio, la mar estuvo muchos días arrojando cadáveres mutilados a la costa, que fueron enterrados a pie de playa, quedando las 172 víctimas enterradas en el Cementerio de los Ingleses (Cemiterio dos ingleses), que fue consagrado el 23 de noviembre.
La Corte Marcial, celebrada el 16 de diciembre de 1890 concluyó que la pérdida del Serpent se debió a un error de navegación.

La Corte Marcial, celebrada el 16 de diciembre de 1890 concluyó que la pérdida del Serpent se debió a un error de navegación.
Al saber la Armada que los tres únicos supervivientes del Serpent llevaban el chaleco salvavidas puesto, se generalizó su uso en el resto de los buques de la Royal Navy.
El Lord Commissioner of the British Almiralty, en agradecimiento, regaló una escopeta de caza al párroco de Xaviña, un reloj de oro al alcalde de Camariñas y un barómetro para el Ayuntamiento. Durante muchos años se acercaba a la playa de Trece un barco de la Armada inglesa para rendir homenaje a los marinos ahogados, disparando las salvas de reglamento y lanzando al mar una corona de flores, incluso cualquier barco de guerra inglés, hasta alrededor de los años 50, disparaba salvas de ordenanza cuando pasaba frente a la playa.

HMS SERPENT : fue un crucero - torpedero botado en 1887 que naufragó en Camariñas en 1890 con un balance de 172 muertos y 3 supervivientes
En 1890 ocurrió la tragedia del HMS Serpent en Punta do Boi, Camariñas, donde murieron 172 marineros ingleses a escasos metros de la salvación y sólo se salvaron tres, uno gravemente herido. Vagando por la noche llegaron al lugar de Pescadoira, en la parroquia de Xaviña, donde el párroco señor Fabregas ordenó la "santa misión" de ayudarlos, y sacaron del mar a la mayoría de los cadáveres, que enterraron a pie de mar en lo que hoy es conocido como el cementerio de los ingleses. Esto hizo despertar a las autoridades la peligrosidad de esta costa, donde construyeron el faro de Cabo Vilán, el primer faro eléctrico de España, una majestuosa torre de granito rosado de 24 metros de altura sobre una roca a más de 80 m del mar, que es hoy en día uno de los de más alcance de la Península.

El domingo 9 de noviembre, el Serpent era zarandeado por una marejada tan fuerte que la tripulación pensó que el capitán ordenaría el regreso al puerto de partida. Durante varias horas, el barco se mantiene al pairo hasta que amaina la tormenta. Sin embargo, el teniente Richards no es capaz de avistar el sol para situar con precisión al buque en las cartas náuticas.
A la mañana del día 10, el capitán Ross discutió largamente con su Oficial de Derrota acerca de la posición y rumbo del barco ya que, pese a que el tiempo no ayudaba, se había avistado una costa a babor.
No había niebla, la llovizna y las nubes reducían la visibilidad, y los barcos que cruzaron su rumbo con el suyo, no advirtieron nada extraño en su modo de navegar. Esa tarde, el marinero Onesipherous Oney Luxton hacía la guardia de primer cuartillo, con órdenes expresas del capitán de mantener rumbo suroeste-medio sur. Los marineros Frederick Joseph Gould y Benjamin Burton estaban encargados de las sondas, pero el capitán no les ordena medir la profundidad del fondo. A las ocho, Gould y Burton suben a cubierta a hacer la guardia hasta las 24:00, cuyo oficial será Richards. Sin embargo, el Comandante permanecerá en el puente, redoblando la vigilancia.
A las 21:00, los mandos vuelven a discutir sobre la posición del buque, ordenando un cambio de rumbo al oeste y pidiendo el Comandante que el vigía buscase la luz del faro del Cabo Vilán por la banda de babor. Pero la noche era cerrada y el vigía de babor ni siquiera oyó las rompientes. A las diez y media de la noche, Gould y Burton descansan en cubierta con el chaleco salvavidas puesto. Dichas prendas no eran de uso general en la Marina de la época, contando el Serpent únicamente con 25 chalecos para 175 hombres.
Cuando el casco del Serpent crujió al encajarse contra la Punta do Boi a unos nueve nudos por hora, la mayoría de la tripulación lo confundió con un golpe de mar, hasta que alguien gritó que habían embarrancado. El comandante ordenó cerrar las puertas estancas y librar los botes, orden que transmitió el Teniente Richards. Luxon despertó en su coy, y el instinto le hizo coger uno de los chalecos cuando corre hacia cubierta. Es entonces cuando el Comandante ordenó poner las máquinas atrás toda, cosa que resultó imposible. Gould es el patrón del bote de babor y la mar lo hizo astillas, tragándose a los ocho marineros del bote, excepto Gould que quedó aferrado al costado del buque. Un golpe de mar arroja a Luxon al agua, separándolo del buque. Burton recibió la orden de soltar todo aquello que pudiera flotar para ayudar a los supervivientes, pero el otro bote se hizó añicos contra las rocas y el Comandante desistió de intentarlo de nuevo, ordenando a la marinería trepar a los mástiles para salvar la vida. Una ola separa a Burton de sus compañeros cuando se encuentra sujeto a las jarcias. El mar vuelvió a arrojarlo sobre la cubierta del barco, momento que el marinero aprovecha para desembarazarse de todo lo que le pueda impedir nadar. Cuando cae nuevamente al agua, sólo viste un jersey y el chaleco salvavidas.
Dos horas después, el agotado Burton logra alcanzar la costa. Camina entre los cadáveres y los cuerpos agonizantes de sus compañeros hasta que encuentra a Luxon malherido: las rocas han destrozado su pierna derecha. Apoyándose el uno en el otro, los supervivientes caminan hacia una casa que divisan en la costa. Tras ayudarles a reponer fuerzas, los habitantes acompañan a los marineros a la casa del párroco de Xaviña, que los acoge. Gould, el tercer superviviente, ha ganado la costa solo y solo lo encuentran el alcalde de Camariñas y su ayudante de marina.

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