STª Mª DE LEBEÑA
el pueblo de lebeña, una localidad del municipio de Cillorigo de Liébana, en la comarca de Liébana Cantabria, España. Se encuentra a 280 msnm y dista seis kilómetros y medio de Tama, la capital municipal. Tiene 86 habitantes INE, 2008. De su patrimonio arquitectónico destaca un Bien de Interés Cultural la Iglesia de Santa María, mozárabe. Junto a la iglesia hubo un árbol catalogado como singular, el Tejo de Lebeña, uno de los más conocidos y antiguos de Cantabria, que cayó en marzo de 2007. Por encima de este pueblo hay un punto de interés geomorfológico, llamado Discordancia de Lebeña, donde se contempla con claridad el contacto discordante entre el zócalo paleozoico piedra caliza de los Picos de Europa y la cobertera mesozoica arenisca y limolita de Peña Sagra. Entre este pueblo y el de Cabañes discurre la garganta del Rubejo, que forma el río homónimo, siendo un pequeño cañón lateral del Desfiladero de la Hermida. En el término de Lebeña se encuentra la escuela de escalada llamada El Agero. Lebeña se llama igualmente a un coto truchero del río Deva a su paso por este término. Por Lebeña pasa el sendero de pequeño recorrido PR-S.3, llamado Camino de Arceón, que parte del collado joz, entre Lamasón y Peñarrubia, pasa por Cicera, sube al collado de Arceón y baja a Lebeña, para seguir después por Castro-Cillorigo, donde enlaza con el GR-71 Sendero de la Reserva de Saja, pasa por Potes y llega al Monasterio de Santo Toribio de Liébana. En total, son 24 kilómetros.
ORIGEN DE STª Mª DE LEBEÑA
Documentos datados en 924 vinculan los nombres de los condes de Liébana, Don Alfonso y Doña Justa, con la fundación del templo, aunque no hay nada seguro al respecto. Tradicionalmente se les atribuye a estos nobles la erección de Santa María en la citada fecha. En nombre de Dios. Sea notorio y manifiesto que yo el conde Alfonso y mi esposa, la condesa Justa, edificamos la iglesia de Santa María de Lebeña para trasladar el cuerpo de Santo Toribio a ella y mis siervos lo tomen y entierren, y como lo hubiesen tomado para enterrar, fui castigado por el juicio divino y quedé ciego hasta el presente, y mis soldados, que eran inocentes, al empezar a cavar con azadas quedaron también ciegos. Entonces ofrecí mi cuerpo y todo cuanto tengo en Liébana a Santo Toribio y a ti, abad Opila, y a los clérigos que allí sirven a Dios...Este texto, recogido en el Cartulario del Monasterio de Santo Toribio de Liébana y fechado en el año 925 (aunque parece ser una trascripción del s. XIII) nos relata el origen de este monumento, patrocinado por los condes de Liébana para depositar los restos de Santo Toribio, desde el monasterio cercano de San Martín de Turieno (hoy Santo Toribio) donde se encontraban. Tras perder la vista -por no ser del agrado del santo- volvieron a recuperarla cuando desistieron de su empeño y dieron sus heredades al citado monasterio. Dos siglos más tarde, en 1187, el rey castellano Alfonso VIII donó la iglesia de Lebeña al abad del monasterio benedictino de San Salvador de Oña, aunque el propio rey desconocía como había llegado a ser de su propiedad. Es posible que al haber sido una fundación condal, en algún momento hubiese pasado a la corona. Sin embargo, desde el siglo XI y hasta el siglo XVI en que se convierte en parroquia, cae, junto con sus pertenencias, bajo la dependencia del abad de Santo Toribio. Los monjes cobraban las rentas de esta iglesia y poseían abundantes propiedades en el pueblo. Muchos vecinos de Lebeña donaban tierras al cenobio para la salvación de sus almas. Otros arrendaban o intercambiaban campos y sobretodo viñas, que constituían una de las principales riquezas agrícolas de la comarca. En el siglo XVI, al menos desde 1510 comienzan a surgir pleitos a causa de que los vecinos de Lebeña no reconocían el señorío del prior y se negaban a pagar los diezmos al monasterio. Con el tiempo, acaban desligándose del mismo y consiguen la creación de una parroquia autónoma, que ha perdurado hasta nuestros días.
La iglesia de Santa María se encuentra situada en la localidad de Lebeña perteneciente al municipio de Cillorigo de Liébana, en la comunidad autónoma de Cantabria, España. Constituye uno de los más notables testimonios del arte mozarabe en la comunidad de Cantabria, Fue declarada Monumento Nacional el 27 de marzo de 1893.
La iglesia fue construida a los pies de un tejo bajo el cual se celebraba el concejo del pueblo, algo bastante habitual que se realizó durante años para cristianizar las gentes de los pueblos paganos de aquella época. Cuando los condes de Lebeña se hicieron los representantes del lugar, decidieron traer junto a la iglesia y el tejo un árbol que representara su origen, y por eso decidieron plantar un olivo al otro extremo de la cabecera de la iglesia. El olivo perdura hoy día, pero el tejo fue lamentablemente destruido por un temporal a finales de marzo de 2007. Este tejo tenía una circunferencia en la base de 3.30 metros y un diámetro de más de ocho metros en su copa; estaba catalogado con el número 10 en el Inventario de Árboles Singulares de Cantabria. La Asociación de Amigos del Tejo está cuidando de una rama que recogieron del mismo para volver a replantar el árbol en su lugar.
La estilística que presenta esta construcción mozárabe nos indica que debió levantarse en un periodo de tiempo relativamente corto, ya que no se observan cambios de planteamiento ni reformas del esquema origina. Por ello es posible pensar que fuera obra de un personaje principal de Liébana, quizás el conde Alfonso y lo mismo podríamos aceptar su finalidad: ser capilla funeraria de Santo Toribio. Este hecho podría esplicar la tendencia al tipo de planta centralizada, mezclada también con el tipo basilical, al poseer tres absides y tres naves, que se enfatiza con la ayuda que alcanzan los dos tramos centrales de la nave principal. El tipo de piedra empleada en la construcción es la mampostería, utilizándose la sillería solo en los ángulos y en los cercos de los vanos. Al exterior el templo presenta una forma casi cuadrangular coronada por el volumen que forman los dos primeros tramos de la nave central que se elevan por encima de los demás. Su planta es rectangular. La cabecera recta, orientada hacia el Este, presenta tres ábsides paralelos, el mayor algo más profundo, y tres naves separadas por cuatro pilares exentos. En su estructura se mezclan elementos de tradición visigoda la planta y el alzado asturiana el aparejo y los ábsides, y propiamente mozárabe pilares, arcos, alfiz, técnica decorativa y concepto espacial.La disposición en planta basilical, de tres naves, la central algo más ancha que las otras, se asemeja a la de los templos prerrománicos asturianos. La cabecera es tripartita, estando formada por tres capillas absidiales escalonadas, de planta rectangular, comunicadas entre sí por arcos de medio punto que cargan directamente sobre las jambas. También son de medio punto peraltado el arco de triunfo y los que dan acceso a las capillas laterales desde sus respectivas naves. Esta es la primera iglesia de España en la que aparece el pilar compuesto cruciforme.
El espacio interior es de gran belleza por su compartimentación horizontal y vertical, subrayada por el empleo de la bóveda de cañón longitudinal en la nave central, y transversal en los tramos de las naves laterales. La cubrición de los diversos espacios en que se distribuye el templo se realiza en cualquier caso mediante bóvedas de cañón; pero, mientras que los ejes de las bóvedas de la nave central y de los ábsides son longitudinales, los de las naves laterales son transversales. Su sustentación se confía a arcos de herradura -tanto los transversales como los formeros- que descansan sobre columnas de fuste circular con interposición de capiteles corintios adornados por dos o tres órdenes de hojas de acanto y collarines típicamente asturianos. Estas columnas se adosan a los muros o a pilares de sección cuadrada para formar, en este caso, soportes compuestos de gran robustez.Tanto los capiteles vegetales del interior como los modillones de lóbulos que sostienen el alero el tejado, muestran una excelente labra. Los capiteles son derivados del corintio, con hojas de canto, símbolo de la eternidad, apareciendo a veces planetas (símbolo de la fertilidad y del triunfo) y rosetas, símbolo de Cristo. La importancia excepcional de Lebeña con respecto al arte prerrománico radica en la utilización por primera vez de ese tipo de pilares compuestos, preparados con sus columnas adosadas para recibir los arcos fajones y formeros, solución que será sistemáticamente utilizada en el Románico. El arco triunfal está enmarcado por un alfiz, elemento de tradición musulmana. El pórtico fue construido ya en el siglo XVIII y la torre a finales del siglo XIX, tras ser declarada Monumento Nacional en 1893. Externamente ofrece el edificio un insólito juego de volúmenes debido a las diferencias de altura de cada uno de los cuerpos y a la diversidad de orientación de sus cubiertas siempre a dos aguas. Estas cubiertas forman aleros muy pronunciados que apoyan en modillones de lóbulos decorados con esvásticas y rosetas inscritas en círculos. Por debajo corre una cenefa decorativa a base de tallos, zarcillos y otras figuras vegetales. Todos estos motivos ornamentales ya se han visto en el arte visigodo. La torre que se yergue junto a la iglesia no forma parte de ella y es de hechura muy reciente siglo XX. También es de época posterior a la iglesia el pórtico meridional por el que se tiene acceso a ella y la sacristía adosada al muro norte de la nave izquierda
santa maria de lebeña a la que los lugareños llaman la virgen de la leche
por estar amamantando al niño.
huellas del pasado en la piedra de la entrada a la iglesia donde los antiguos pobladores del lugar afilaban las armas como cuchillos, lanzas, etc. . .segun me conto la guia de santa maria de lebeña.
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