el mirador del Tombo en Valdeón, situado después de Cordiñanes en dirección a Caín, es un símbolo del valle desde hace tiempo.
en un verano de 1.964, concretamente el 10 de agosto, cuando este mirador fue inaugurado coincidiendo con el IV Día provincial de las Comarcas, organizado por la Diputación de León y que se celebró en los valles de Sajambre y Valdeón. Por aquel entonces, la sociedad deportiva Montañeros de Peñalba y la delegación de montaña del Casino de León, celebró un campamento internacional en Cordiñanes, si es que en aquella fecha algo hecho en este país podía tener carácter de internacional.
El caso es que entre la Federación de Montaña, la Diputación de León y el Ministerio de Información y Turismo, así como con la colaboración del Ayuntamiento de Posada, construyeron este mirador en memoria del que fuese Presidente de la Federación Española de Montañismo, Julián Delgado Úbeda persona de reconocida pasión por los Picos de Europa.
El evento requirió de la colaboración especial de todos los vecinos de Valdeón hasta para facilitar el acceso de los vehículos, ya que hasta Posada se llegaba mal al no estar construida aún la carretera desde el cruce de Pontón, que tardaría aún más de once años, pero el camino era practicable para los coches por Pandetrave y Santa Marina. No ocurría lo mismo con el tramo entre Posada y Cordiñanes que tuvo que ser arreglado a base de hacenderas o prestación personal por los vecinos, para que los turismos consiguieran acceder a Cordiñanes. En la época se alabó bastante el lugar del mirador, ya que desde él se divisaba directamente el Monte Corona, uno de los sitios donde, según las tradiciones más fiables, Pelayo fue erigido en Jefe de los Cristianos, dando con ello comienzo a ochocientos años de Reconquista. En un lugar privilegiado del mirador se erigió una columna de piedras en cuya cima se colocó un rebeco de hierro en honor al indiscutible emblema de la fauna de la peña en los Picos, así como una cruz, también de hierro, que abre sus brazos en las tres dimensiones en honor a la memoria de Delgado Úbeda. En la base de la columna que sujeta el rebeco aparece una placa forjada en hierro con el nombre de Escultor Coomonte, sin duda la firma del autor. A la inauguración asistió el entonces Ministro de Información y Turismo Manuel Fraga Iribarne, lo que le dio cierta trascendencia al acto y la consiguiente promoción al mirador. Los vecinos de Santa Marina recuerdan como mucha gente del pueblo fue a esperar a la comitiva en la que llegaba el ministro al alto de Pandetrave, acompañando al cortejo hasta Santa Marina y luego hasta Posada. Con este motivo y en agradecimiento de la visita de Fraga, los valdeones pusieron el nombre de una de sus hijas a una preciosa pica visible desde el mirador, que hasta ese momento se llamaba Pica Castro y a partir de ese momento pasó a llamarse Pica María del Carmen, si bien el nombre primigenio sigue identificándola aún entre todos los que la conocen.
El caso es que entre la Federación de Montaña, la Diputación de León y el Ministerio de Información y Turismo, así como con la colaboración del Ayuntamiento de Posada, construyeron este mirador en memoria del que fuese Presidente de la Federación Española de Montañismo, Julián Delgado Úbeda persona de reconocida pasión por los Picos de Europa.
El evento requirió de la colaboración especial de todos los vecinos de Valdeón hasta para facilitar el acceso de los vehículos, ya que hasta Posada se llegaba mal al no estar construida aún la carretera desde el cruce de Pontón, que tardaría aún más de once años, pero el camino era practicable para los coches por Pandetrave y Santa Marina. No ocurría lo mismo con el tramo entre Posada y Cordiñanes que tuvo que ser arreglado a base de hacenderas o prestación personal por los vecinos, para que los turismos consiguieran acceder a Cordiñanes. En la época se alabó bastante el lugar del mirador, ya que desde él se divisaba directamente el Monte Corona, uno de los sitios donde, según las tradiciones más fiables, Pelayo fue erigido en Jefe de los Cristianos, dando con ello comienzo a ochocientos años de Reconquista. En un lugar privilegiado del mirador se erigió una columna de piedras en cuya cima se colocó un rebeco de hierro en honor al indiscutible emblema de la fauna de la peña en los Picos, así como una cruz, también de hierro, que abre sus brazos en las tres dimensiones en honor a la memoria de Delgado Úbeda. En la base de la columna que sujeta el rebeco aparece una placa forjada en hierro con el nombre de Escultor Coomonte, sin duda la firma del autor. A la inauguración asistió el entonces Ministro de Información y Turismo Manuel Fraga Iribarne, lo que le dio cierta trascendencia al acto y la consiguiente promoción al mirador. Los vecinos de Santa Marina recuerdan como mucha gente del pueblo fue a esperar a la comitiva en la que llegaba el ministro al alto de Pandetrave, acompañando al cortejo hasta Santa Marina y luego hasta Posada. Con este motivo y en agradecimiento de la visita de Fraga, los valdeones pusieron el nombre de una de sus hijas a una preciosa pica visible desde el mirador, que hasta ese momento se llamaba Pica Castro y a partir de ese momento pasó a llamarse Pica María del Carmen, si bien el nombre primigenio sigue identificándola aún entre todos los que la conocen.
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